A ver, en estas fechas, qué mejor que hablar del G.A.S. (y no pretendo hacer una oda al señor Florentino, ni mucho menos). Para empezar G.A.S. es acrónimo de Gear Adquisition Syndrome en la lengua de Shakespeare, que podríamos traducir astutamente cómo Síndrome de la Adquisición de Equipo. O más molonamente: Culo Veo Culo Quiero. Seamos sinceros, éste último suena infinitamente mejor. Así pues, reformulemos titular y…
C.V.C.Q.
Al turrón, que suele decirse. De un tiempo para aquí, una cantidad ingente de blogs, vlogs, cuñados y comentaristas diversos hablan del CVCQ (o no, en realidad. Pero vaya mierda de entrada si empiezo afirmando que a nadie en su sano juicio le importa un carajo el tema de la entrada, ¿no?), como algo negativo, como algo a evitar. Y si bien es cierto que de tener cierto apego por tus finanzas deberías evitarlo, no es algo maligno per se. La teoría tras el CVCQ es la siguiente:
No tener más equipo, o más el más nuevo no evitará que hagas mejores fotos.
Hoxtias, si al final va a resultar que el cuñadismo extremo tenía razón. Vamos por partes, que decía Jack el Destripador:
- El no tener la última cámara, ni los objetivos más molones y caros no va a hacer que seas mejor fotógrafo. Cierto. Pero no debemos tomar esto como dogma, ya que la última vez que lo revisé, no se invadió Polonia con lanzas de bronce. Al menos no el señor del bigote graciosillo. Y ahora sé que los más astutos de vosotros me acusaréis de plantear un argumento reductio ad absurdum (para los que como yo venís de la ESO: wiki), pero vamos, que como demostración sirve igual. Y el latín siempre mola.
Ciertamente hay cámaras de bajo coste que rinden perfectamente. Que cuando uno empieza te vale con una relativamente baja -o antigua- y que con los objetivos de kit (esos plasticosos que suelen venir con las cámaras cuando las compras). Pero las cámaras, objetivos, tarjetas SD, HDDs o SSD y hasta los gatos tienen sus limitaciones. Y afirmar que puedes hacer la misma foto con una cámara de 100€ que con una de 3000€ es demostrar cierto retraso cognitivo. O mucho, según se mire. Intentad hacer fotos en una ermita oscura como las cuentas de un partido político con un objetivo de kit y una canon 450D (que viene a salir la cosa por 150€ en ebay, wallapop o un zoco marroquí), y cuando el cliente os tenga colgado por los tobillos y esté encendiendo una hoguera debajo vuestro, le contáis que el equipo no importa a la hora de hacer buenas fotos. El equipo es relevante. Repetid conmigo: EL EQUIPO ES RELEVANTE. - Ahora, volviendo del país de la piruleta brillante, vamos a dejar otro punto claro: El equipo no hace las fotos. Si tu dejas una Hasselblad H6D (¿Os sobran 40000€ de nada?) en medio del estudio, me da que no va a hacer mucho. Bueno, igual la gente empieza a sentir un odio irrefrenable hacia vosotros por vacilar y eso, pero poco más. Un hecho irrefutable es que es el fotógrafo el que hace la foto. Es quién decide cómo iluminar (o cómo aprovechar la luz existente), es quién decide el encuadre o qué objetivo usar. Es quién configura la cámara de cierta manera para conseguir un resultado concreto. Y ya no entremos en post-producción de la imágen. El equipo, por bueno que sea, nunca va a conseguir que una foto mediocre sea otra cosa que una mierda con un zillón de megapíxeles. Y no invalido lo expuesto es el punto 1, ni de lejos. Porqué…
- La clave es la codependencia. Un buen fotógrafo lo es independientemente del equipo, pero sin el equipo adecuado es probable que no pueda rendir al máximo en ciertas situaciones. El mejor momento para cambiar de equipo, o de adquirir uno nuevo cuando el que uno tiene queda atrás. Y no atendiendo a su fecha de compra o fabricación, sino atendiendo principalmente a su versatilidad en tus manos. Esto es: cambia el equipo en el momento que sientas que se ha quedado pequeño. Y soy perfectamente consciente que esto suena cómo una perroflautada de pro. Básicamente por qué lo es a medias: ¿Cómo puede uno saber cuando el equipo ha quedado pequeño? Pues cuando te das cuenta que necesitas algo mejor mientras trabajas. Si tu rutina/trabajo son fotografías de estudio, con luz artificial o, por lo menos controlada, muy probablemente tardes muchísimo más -o no hacerlo en absoluto- en llegar al límite útil de ISO de una cámara. De la misma manera, notarás de manera muy significativa la velocidad del flash, en caso que hagas fotografía dinámica (rollo bailarinas y tal). Si no te gusta tirar de flash -como es mi caso-, la ISO por contra será importante, y llegado un punto puede ser que notes que a la cámara ya no puedes forzarla más. Y ése ha de ser el momento. En ningún caso el leer sobre una nueva cámara con una ISO del copón. Seguir esta regla a la hora de pillar nuevo material, suele evitarte el gastar un pastizal innecesario en equipo muy molón, pero del que eres incapaz de exprimir el jugo. Hacerlo cómo os sugiero ayuda a que con el cambio de equipo tengas un conocimiento sólido del equipo y, sobretodo, de cómo exprimir al máximo el nuevo.
- Y hay una excepción. Porqué como en todo, siempre la hay. A veces, vale la pena hacer un salto de fe. No solo puedes comprar ese objetivo vintage molón, o ese nuevo ordenador que seguro te soluciona la vida, o lo que sea. Porqué en ocasiones, así es. Y por tanto, debes hacerlo. A veces, gastar 80€ en un objetivo fijo manual puede llevarte a que cambies la manera en como afrontas una sesión. O simplemente disfrutes cómo un enano con él. Y vale la pena gastar sumas modestas en ello. Porqué nunca debe aburrirse uno, y siempre y cuando tengas en cuenta que el equipo nunca va a hacer nada por ti, adelante.
Y así está el percal. Culo Veo Culo Quiero: mal. Juguetillos para disfrutar: Bien. Darse cuenta uno mismo que necesita nuevo equipo después de ver en Amazon una nueva cámara molona y cara como diox: Mal. Darse cuenta que tu cámara no te permitirá mejorar la calidad de tu trabajo porqué ya has llegado a su límite de rendimiento: Bien.
Ala, más madera en la siguiente entrada.
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