teniendo en cuenta que ayer día 4 da más para epopeya que para blog. Pero en fin, vamos a ver qué tal lo resuelvo.
8ª Neda el Món ZOGGS Illes Medes Marató TV3 [+ info]
Llevo trabajando con Neda el Món ya varios años, en los cuales me he encargado tanto de hacer las fotos de las travesías de aguas abiertas como del video del evento. Me he encontrado con travesías en mayo en las que nos ha nevado, retos de larga distancia en los que se han superado largamente las 10 horas y en las que he visto el mar plano como una piscina, mar de fondo, lluvia, sol de justicia y un viento de tres pares de narices. A veces, todo en la misma prueba a la vez. Y es que no lo llaman Costa Brava por que sí, ¿no?
El caso es que ayer empecé el día a una hora de lo más adecuada si tienes alergia a la luz solar o has salido de juerga. O te va lo duro. Dicho y hecho: el despertador sonó inclemente a las 4:00 de la mañana, momento en que tras una debida cafeinización revisé los partes meteorológicos: el mar correcto, con olas de 0,4m y bastante largas. Dentro de lo que cabe, bastante decente para hacer fotos desde una zodiac. La posibilidad de tormenta a partir de las 12h, ya pintaba algo peor. Pero por ser la primera salida que llegaría a las Illes Medes sobre las 10, tenía unas 2 horas de margen para hacer fotos y algún video molón para montar. Soy un tipo positivo, que le vamos a hacer. Soy tan jodidamente positivo que no uso funda impermeable en mi cámara. Hasta me hago yo las declaraciones de la renta, pensando que las hago bien. Así de positivo soy.
Tras una parada para poner gasolina en el coche y rellenar mis mermadas reservas de cafeína con un desayuno equilibrado a base de Redbull de Lima (que podría ser de rata mojada, y el sabor vendría a ser el mismo), carretera y manta hasta l’Estartit, lugar de la salida. Ya en el párking, compruebo que las dos fisios que me acompañan (una de las cuales me soporta de forma permanente en casa) han llegado más o menos sanas y salvas. Afortunadamente, todo correcto. Recojo mi material y me dirijo raudo a la carpa de NeM a montar el trípode en el que dejo la steady, mi otro trípode listo para usarse y reviso el material. A todo ello añadir que asumía que se salía a las 8, no a las 9, y me pasé todo el viaje gruñendo como un puerco porqué me iba a tocar grabar a toda leche. Pero no: salida prevista a las 9:00h. De lo malo, me iba a dar tiempo de tomar otro café y un croissant.
Soy tan jodidamente positivo que no uso funda impermeable en mi cámara.
Tenemos encima unos nubarrones que parecen salidos del Monte del Destino, pero sin Nâzgul. De momento, no llueve. Siento como la cafeína empieza a ocupar los receptores de adenosina de mi cerebro, disipando el sueño acumulado de toda la semana. Y con todo ello, recojo mis bártulos, mochila y demás y me dirijo a uno de los barcos que acompañará la travesía corta, que suele ser visualmente molona, ya que va pegada a las rocas de la costa, y salen imágenes muuuuuy potentes. Llovizna levemente.
El Barco es un casco rígido con microcamarote, en el que feliz (normalmente voy en zodiac, por lo que dejar el equipo a resguardo es, cuanto menos, problemático) meto mi equipo, a la espera de llegar y poder hacer alguna foto molona bajo la llovizna. Pero animalico de mí, ya no llovizna. Llueve con todas las de la ley. Descarto sacar la cámara cuando entre mis tejanos y mi muslo siento bajar el agua a chorro. Está cayendo la de diox es cristo y lo que más me jode, por goleada, es que las fotos serían de una epicidad supina. Empiezan los truenos y relámpagos, de momento a lo lejos. Los colores del mar,as olas largas salpicadas por la lluvia… Me maldigo internamente por no tener una funda de agua, y no por primera vez. Visto el éxito, Oriol (que hace las veces de patrón de barco) me acerca a puerto y me voy a la meta, dónde la gente de ChampionChip tiene el ordenador para contar las llegadas reguardado bajo una carpa. Mi cálculo viene a ser: Carpa = Lugar seco. Y si bien la sencilla equivalencia se cumple a medias, veo que las lluvias se han llevado parte de la playa desde dónde se sale y que la chica que está con el ordenador está un poco aturrullada ya que la climatología del momento parece no llevarse especialmente bien con los equipos de medición de tiempos. Consigo grabar alguna cosilla allí metido.

Nadando voy, nadando vengo…
Organización está luchando por ver que curso de acción tomar: Si suspenden la carrera, mal, ya que habrá gente poco amiga de entender la situación. No obstante, y como en otras ocasiones, lo que manda, para bien y para mal es la seguridad en agua. Consigo grabar cosillas en las carpas de dorsales y demás. La carpa dónde las fisios están parece el metro de L5 en hora punta. A todo esto, mis calzoncillos estarían más secos en el fondo del mar, junto a una piña. Organización revisa los partes meteorológicos y las imágenes de radar y tras debatir con todos los responsables de la seguridad de la travesía, se decide aplazar la salida en vez de cancelar, ya que, de acuerdo al radar, la tormenta está descargando principalmente por dos meganubarrones, uno que tenemos encima y uno más al sur, pero teniendo en cuenta a la velocidad que avanzan en dirección norte, las dos deberían pasar de largo en los próximos 45 minutos. Si fuera creyente, hubiera rezado muy fuerte. como no es el caso, decido confiar en la ciencia. No quedo defraudado. El sol decide asomar tímidamente, por lo que salto a la barca (de nuevo la de caso rígido, cabina estanca y molona) y Oriol nos conduce hasta el punto de avituallamiento, en el lado de Medes que da a tierra, relativamente a resguardo de los elementos. El Big Boss del Club Náutico nos amarra como toca a las boyas que el parque natural había cedido a organización. Hay un par de intercambios de pasaje y, tras pensarlo brevemente, decido quedarme en la barca de avituallamiento pensando que aún no siendo el mejor sitio para hacer fotos, al estar medio estables, podré pillar videos de agua medio decentes, cosa que en una zodiac con olas, es harto difícil. Suerte que lo hago. Pensad que no más de dos o tres veces me he quedado en una barca fija a hacer fotos, y siempre ha sido por fuerza mayor, para liberar barcas para evacuar nadadores o casos del rollo. Por primera vez decido permanecer en un sitio relativamente aburrido. Y que jodida y buena idea resultó ser. Cómo nota, añadir que Oriol se ha trasladado, con lo que me quedo al mando del barco: más contento y feliz que un niño con un lanzallamas.
[…]mis calzoncillos estarían más secos en el fondo del mar, junto a una piña.
Con los dos chicos que se quedan para avituallar, charlamos un ratillo y empiezan a llegar los nadadores. Este año se da la vuelta a la Meda, lo que es francamente molón y raro. Muchos años se ha tenido que modificar el trayecto por peligroso, ya que el lado noroeste de la isla, impresionante, queda a merced de los elementos, lo que hace que las condiciones del mar suelan ser bastante peores que en el lado suroeste. Es ése momento, el solete brilla más o menos y mi ropa interior se ha secado ligeramente, lo que hace que me vuelva a sentir como un ser humano con alguna remota reminiscencia de dignidad. Grabo algunos videos que, espero queden decentes, ya que no deja de ser una grabación con un teleobjetivo sobre un barco que sube y baja unos 60 cm con cada ola. Hago algunas fotos, y me maldigo por no haber cambiado a una zodiac que cubriera el lado noroeste. Oigo nadadores diciendo que hay olas del copón. Kayakistas lo confirman, igual que los paddelsurf. Incluso uno con una estelada por capa y una máscara de Guy Fawkes. Mierda. Mierdamierdamierda. En ésas condiciones se pueden hacer unas fotos en el otro lado total y absolutamente increíbles: Gran parte de la isla cae a dolor contra el mar, con unos acantilados que, cuando les mete el mar picado… In·cre·i·ble. Pero en esta travesía debe primar el video. Con todo el dolor decido mantenerme en la barca de avituallamiento y seguir con lo que racionalmente sé que debo hacer. Y suerte que mi cerebro decidió imponerse a lo que me mandaban mis queridas gónadas.

Solete, solete… Pués como qué no, la verdad.
Una hora larga de calma cuando empieza a chispear levemente. El cielo vuelve a parecer el de algún cuadro de Turner. En un arrebato de lucidez, plego bártulos y los guardo en la cabina seca del barco. Los últimos nadadores pasan en dirección al puerto y dan orden de recoger. Aviso por walkie que estamos listos y nos diponemos a esperar a la gente del Nàutic para que nos liberen del amarre. y empieza el festival de nuevo. Alguien se debe haber dejado el grifo del cielo abierto. Por enésima vez me guardo las gafas en el bolsillo, ya que con ellas veo aún menos que sin ellas. Está cayendo casi más que antes. Bueno, sin el casi. Añadir al tema una cosilla: Antes de que empezara la prueba, el radar del MeteoCAT mostraba claramente las nubes y como venían hacia nosotros, en esta ocasión, la nube se ha formado encima nuestro, por lo que intentar preverlo es, como poco, difícil. Igual no para Sandro Rey, pero para el común de los mortales, lo dicho.
Tras lo que parece una eternidad -y no lo fue-, aparece la zodiac del Nàutic con unos cuantos nadadores encima. Una chica jovencilla pero equipada como diox manda (con su ropa impermeable, botas y demás), saltó ágilmente al barco, desamarró y nos quedamos libres. Me flipa la calma con la que lo hacen todo. Desde la otra barca desamarran los cabos de las boyas, en medio de la lluvia y las olas. Yo apenas consigo que mi esfínter no se relaje de repente y arruine mi reputación. En fín, conecto el motor y nos largamos de allí, vigilando que ningún nadador quede colgado. Ah. Cierto, casi se me pasa: Nadadores del mundo, NUNCA es buena idea subir a un barco agarrándose al motor. No mientras sigue encendido.
Nadadores del mundo, NUNCA es buena idea subir a un barco agarrándose al motor. No cuando sigue encendido.
Cuando nos metemos en puerto, la chica se pone a los mandos de la barca (y supongo que el hecho que la última vez que entré en puerto con una barca del Nàutic no aflojé -cosa que debe hacerse- y me ganara una colleja, influye. En fin, es lo que hay). Y en tierra, me planteo seriamente si no he bajado en mar abierto. Está todo absolutamente inundado. El arco de llegada se ha retirado, la gente se refugia como puede. Lo único en lo que pienso es en mi mochila cargadita hasta los topes de material que no se lleva necesariamente bien con el agua. Me largo cagando leches al coche, en el que descubro a las dos fisios empapadas como gaticos refugiados. Tiro mi mochila al maletero y voy a rescatar el material que queda repartido por ahí. Entre ése momento y hasta que nos fuimos, en un paroncillo para rellenar las reservas de cafeína de mi helado y empapado cuerpo, oí a algunos chicos quejarse de que se anulara la entrega de premios. Y otros preguntándose si se anulaba la travesía KIDS y los RELAYS. ¿En serio, gente? Que no llovía, que era un tormentote dela hostia. Con sus rayos y mierdas varias. Que la carpa de fisio se había doblado del viento. y había gente aguantando las otras para que no salieran volando. Y empieza a caer granizo. Pero eh, ¿como pueden no dar los premios?.. En fin.

¿Y cuando dices que hacemos los relevos?
Y poco más, la verdad. Solo añadir que conducir en gayumbos, con una minifalda improvisada con la sudadera menos mojada, es una experiencia de lo más sensual.
Y hablando en serio: antes que alguien sienta la más mínima tentación de quejarse de como ha ido una travesía, solo recordarles que la meteorología no suele atender a razones.
Ala, hasta otra.
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